DIME CUANDO VOLVERAS
Y, tú,
dime cuando volverás.
Los que te aman aún te esperan
en las viejas calles del tiempo,
mientras se desvanecen los sueños
y la muerte les cierra los ojos
para que despierten.
Tal vez así comprendan
que aún no regresas,
que caminan con tu ausencia del brazo,
que tus palabras son viento entre las hojas del otoño,
amarillas al caer sobre la tierra amarga.
Y, tú,
dime cuando volverás,
porque yo también estoy ausente,
y ellos caminan conmigo
mientras te esperan en el jardín del crepúsculo.
Sólo que yo volví hace tiempo,
pero es a ti a quien esperan
y se levantan a la madrugada
por si en los vidrios empañados con el frío
has escrito la fecha de tu regreso.
Nunca es así,
nunca es así,
el sol limpia la tiza húmeda de los cristales
y nuevamente dibuja los árboles que plantaron en la acera,
donde se sientan y preguntan por ti a los transeúntes,
o conversan en la sombra verde de tu regreso.
La calle de la realidad pasa en otra dirección mientras esperan.
La calle de la espera es todo cuanto les queda.
¿Cuándo volverás
a sentarte con ellos en la mesa,
a repartir el pan o a que te regañen por no servirte la sopa,
la misma que hemos comido año tras año para no olvidarte?
Ahí está tu cama con sábanas limpias,
se preocupan de comprar lana y tejer chalecos,
puedes andar o dormir en las calles y tienes que abrigarte,
hay ropa dispuesta en los cajones,
planchadas las camisas,
listas las prendas para el uso en tu llegada,
y un cepillo de dientes nuevo acomodado en el baño,
y tus libros en perfecto desorden como los dejaste,
nadie puede tocar tus cosas,
sólo tu ausencia les pone una capa de sombra y polvo.
¡Ah, también calzoncillos,
pantalones,
desodorante,
lo que falta…
¡Todo nuevo!
Y un espejo.
Imagínate, ¡un espejo!
Yo tengo que partir también ¿te das cuenta?,
No me queda casi tiempo,
escribe una palabra al menos,
una sola,
una,
aunque no sea cierta,
una palabra como te digo:
¡Regreso!
Ramón Rubina
Ilustración, Vincent Van Gogh