MI PEQUEÑO PAÍS

Cuatro manzanas

eran mi país,

cuatro manzanas

entre viejas casas

y una escuela pobre

donde yo viví.

 

El norte un canal,

el río era el sur,

al este una plaza,

donde en bicicleta

jugaba el sol,

y al oeste el misterio

de un barco de papel.

Ni puertas ni llaves

nunca tuvo mi país,

sus cuatro manzanas

eran para todos

y también para mí.

Todos podían correr,

todos podían cantar,

todos podían soñar

¡Y estaba más cerca

el cielo que el mar!

¡A mí me tocó llorar!

Cuando tuve que partir,

y nunca pude volver

a las cuatro manzanas

de mi pequeño país.

¡A mí me tocó llorar!


Ramón Rubina